20 oct 2008

El elegido

Una vez conversaba con uno de mis amigos cuyo idioma es muy parecido al mío. Eran aquellos momentos en que ambos estábamos molestos con el amor... él tenía una extraña relación que no podía ir a ninguna parte y yo... yo estaba cansada de toparme con hombres incapaces de entenderme. Nos parecía demasiado difícil este asunto de encontrar a la persona exacta para uno. Entonces ambos llegamos a la conclusión de que el libre albedrío en el amor no debería existir. Todos deberíamos tener una marca que permita identificar a la otra persona, “al elegido”. Las mujeres llevaríamos bajo el cuello un hueco con una forma determinada, y el hombre para cada una tendría aquella misma pieza pero hacia fuera. Algo así como un rompecabezas. Sólo una persona en el mundo tendría mi pieza y viceversa. Muy fácil.

Ahora me he dado cuenta de que eso sí existe. Sólo que no necesitamos ver la pieza o intentar encajarla, simplemente es cuestión de sentirlo, de saberlo por dentro. ¿Cómo? No me lo pregunten. Pero cuando aquella persona llega y uno siente algo que jamás había sentido es porque nos encontramos frente a “el elegido”.

Tranquilidad, paz, y un sentimiento que se queda corto frente a la palabra felicidad. Eso transmiten los ojos del alma gemela. Yo sí creo en la cuestión de las almas gemelas. No desde ahora, desde mucho antes. Inclusive, algunas experiencias de algunas personas que me rodean me lo han demostrado en situaciones increíbles y rarísimas.

Sé que cuando el enoramoramiento nos invade quedamos un poco ciegos. Sé todas aquellas cosas que dicen del amor, de lo efímero que puede llegar a ser y sé que todo tiene su final, como dice mi querido Héctor Lavoe. Pero también sé y estoy completamente segura que en la vida no se llega a ninguna parte sin arriesgar, sin coger lo poco que tenemos y lanzarnos de mochileros por el misterioso mundo de los sentimientos, por la gratificante aventura de mantener una relación, alimentarla y disfrutarla como se debe. Nadie gana si no arriesga.

Ignorar algo que puede ser lo mejor que les haya pasado es una estupidez. Nunca volteen la cara al corazón, nunca digan que no a algo nuevo... pueden terminar dulcemente enredados en aquello que algunos llamamos amor.

4 comentarios:

Hugo Hurtado dijo...

Q chévere es escribir en una etapa bonita de la vida, yo sé por qué lo escribes y es bueno que muestres tus sentimientos y sensaciones a través de las letras porque nos recreas a todos con tu persona q es de ptm.

hpereyraf dijo...

Una decision muy dificil, mas aun si hemos tenido mala suerte, mala cabeza o q se yo, algunos como yo vemos dificil salir de la zona de confort claro es mas facil decirle no a lo q se viene y asi nos evitamos el sufrimiento pero y si lo q viene es bueno, eh ahi el dilema nunca lo sabriamos sin arriesgar antes no? aplaudo tus agallas x q se q las tienes geneticamente instaladas en cada poro de tu cuerpo ... q bien x ti, q alegria te mereces lo mejor q el mundo puede darte ... besos ah!! a nueva foto refleja lo q eres ... Bella!!

Anónimo dijo...

Psicológicamente tiene una explicación y, haciendo una comparación con lo que diría el Dr. Maestre (el bamba)de los chistosos de RPP, se podría decir que hasta tiene una connotación sexual... ahhhh... claro que sí. Eso de hablar de piezas que encajen, ya no es TABÜ.
Escribiendo en serio, su pluma dilecta Madame es de las que brillarán por siempre y estoy seguro que nos deleitará en los medios más afamados de nuestra urbe, para luego arribar a otros contienentes.
Todo es pasajero en la vida (para verificarlo preguntarle a los que van sentados y parados en las combis). Me alegro que hayas superado esa etapa difícil.
Sabes quién soy, ¿verdad?
Te estimo mucho Ti...ny

Anónimo dijo...

estoy completamente deacuerdo contigo, sobre todo en la parte de ALIMENTAR la relación, la cual es de dos y la deben ALIMENTAR ambos. Todos sabemos que no es fácil pero "el que quiere puede"...y el que ama lucha y se arriesga sin miedo, porque sino lo hace se quedará con el sabor amargo de: "el que hubiera pasado sí..." y el hubiera no existe porque lamentablemente no se puede retroceder el tiempo.