Al inicio del blog comenté que no tenía la menor intención de que esto fuese una especie de diario. Lo que están por leer es parte de los pensamientos que tengo últimamente y de las retrospectivas de un pasado no muy lejano.
Una vez hice un discurso por el día del maestro para quinto de secundaria. Me gustó lo que escribí y también a mi mamá, quien sin reprocharme me dijo que le hubiese gustado que yo diera el discurso por el día de la madre. Ahora pienso que tal situación no se dio porque lo que hubiese escrito en aquel momento quizá no tendría el nivel de emoción que las palabras que recorren mi mente, aunque estas no pueden transmitir todo lo que siento.
Hay un dicho algo cierto que no se aplica a mi situación actual: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.” Hoy no escribo esto porque ella ya no esté en esta jurisdicción y no podamos salir a tomar el capuchino semanal del Zugatti. Lo hago con la tranquilidad de saber que pude llegarla a conocer realmente antes de que se fuera.
Algunos años atrás, yo era una clásica adolescente que solía encolerizarse con su madre con mucha frecuencia. Sigo pensando que los roces de púber con los padres son necesarios para afianzar la personalidad propia. Las cosas se fueron calmando como en todos los hogares hasta que una tormenta nos azotó una noche.
Siempre oímos que después de un tramo oscuro hay luz al final del camino. En este caso la luz fue demasiado grande e intensa. Aquel huracán permitió que ella y yo termináramos de conocernos. Ambas caímos en la cuenta de que podíamos ser transparentemente defectuosas. Logré entender actitudes de su pasado que antes juzgaba sin conocimiento ni piedad. Nuestros lazos se estrecharon al nivel de lograr eso que muchos creen imposible: que tu madre sea también una amiga cómplice del día a día.
Mi mamá se fue hace poco más de un mes a buscar nuevos horizontes y a nacer de nuevo en una tierra extraña. Antes de hacerlo le dejé en claro que no la culparía por nada del pasado, pero nunca le dije directamente que extrañaría dormir a su lado, cosa que en mi adolescencia solía odiar. Hoy extraño poder acurrucarme en su pecho cada vez que quiera llorar y extraño las largas conversaciones en la cocina. Pero supe disfrutarlas y valorarlas cuando las tenía conmigo.
El gran oleaje al que sobrevivimos nos dejó desnudas una frente a la otra, y fue cuando nos dimos cuenta que yo debía servirle de ropa y ella a mí. Construimos una barca y partimos “del puerto de Vallarta,” enlazadas en un abrazo como en aquella canción de Rocío Durcal.
Si bien deseo volver a estar en esa barca, mi fortaleza es para mantener la suya también. Sólo les pido que cuando terminen de leer este post, busquen la mejilla de su madre y les implanten un beso en mi nombre, porque el mío debo enviarlo por encomienda. No esperen a perder lo que tienen para apreciarlo, háganlo en este instante como con suerte pude hacerlo yo... no existe placer más fuerte ni más profundo. Busquen conversación y ahonden en su historia, quizá se den con la sorpresa de encontrar las respuestas que necesitan. Ella me dio la mejor lección que he podido recibir en el momento más inesperado, pero eso es parte de otra historia.
Esta canción... por los muchos rones y puchos que compartimos dándole innumerables vueltas al viejo cassette de Rocío Durcal
7 comentarios:
Aunq tu mamá este en España, sinceramente creo que si en algún momento te sientas en la cocina a fumar un pucho, vas a sentir que te está acompañando.... es cierto tepha, siempre oímos que después de un tramo oscuro hay luz al final del camino, pero lo oimos porque es totalmente cierto.... yo te dije una vez cuando hablabamos, aun asi suene tan vanal decirlo, que las cosas pasan por algo, y ese algo es la razón de muchas cosas, la respuesta a varias incognitas.... tan solo tienes q descubrirlas.. :) y se que no es el mejor de los consuelos, pero si tienes a tu ma lejos, aqui tienes amigos, y creeme q no me cansaré de repetirtelo.... :) Cuidate mi tepha... (cumpliré mi promesa del lector fiel a tu blog) haha un abrazo¡¡¡¡
Prima stef escribes muy chvr, me gusto mucho tu blog, me entere lo q paso entre daniel y tu, creo q es un tema ya superado para ti, espero que estes muy bien, estes donde estes, no tuvimos oportunidad para despedirnos y aunq siempre fui un dedo en el culo (como tu me lo dijiste) me gusto mucho conocerte. cuidate mucho, un abrazo.
Carlos Augusto.
PD1: x si no te acuerdas de mi soy el primo de daniel
PD2: porfavor no cuelgues esta entrada en tu blog, me da roche jajaja
PD3: me gusta poner pos datas :D
Qué hermoso post! De verdad que sí!
Cuántas veces hemos hablado de miles de cosas y yo siempre tengo la certeza que tú eres fuerte! que como cualquier persona se derrumba pero vuelve a levantarse y con esto confirmas mis teorías.
De lo difícil se aprende mucho más, recuérdalo siempre!
Y tu mamá (así esté lejos) estará contigo siempree!
Un beso.
Valicha dice bien...tu eres fuerte y yo lo se mejor q nadie,fuiste mi apoyo y hasta hoy aun lejos me sostienes....puchos,rones y conversaciones tendremos muchos en otro lugar en otras circunstancias...eres muy joven aun pero madura ,responsable y valiente.Eres mi primer pensamiento en el dia y por las noches al acostarme...sigo a tu lado en corazon y mente,en nostalgia y tristeza,en añoranza y alegria,porq estoy aqui por ti...para ti y me enseñaste tambien a que sea para mi.
No necesito poner mi nombre...tu lo tienes en tu corazon.
Me he emocionado horrores leyendo este post, reviviendo la historia con cada palabra tuya y tienes mucha razón somos afortunados por habernos dado cuenta de la importancia de una mujer como tu madre en nuestras vidas ay q me desarmo ... voy x agua x q se me ha hecho un nudo, imagínate si yo me siento super orgulloso de leerte como se debe sentir ella ... besotes!
Solo voy a escribir algo que creo que tu ya sabes... ME ENCANTA TU SINCERIDAD Y MANERA DE EXPRESARTE, solo quisiera que pienses en esto "Todos somos protagonistas de nuestra propia vida y, menudo, los heroes anonimos dejan las marcas mas profundas". Me tienes siempre cerca...
Mariale
Mi lap no tiene tildes, jaja
Con franqueza puedo decir que te entiendo, ya que paso por casi lo mismo. En este momento la he vuelto a extrañar, y aunque siempre está la posibilidad de volverla a ver, no es lo mismo de antes. A veces siento, al igual que tú, que quiero darle un dulce beso en la mejilla, abrazarla y decirle que la amo mucho; sin embargo tengo que esperar. Yo también la extraño mucho. Estuvo genial el post y tienes mucha razón: todos los que la tienen a su lado deben cuidarla y quererla, no hay nada mejor que una madre al lado, la espontaneidad se perderá en algún momento y nunca sabe uno cuando pasará.
Gracias por el momento grato de tu lectura xD
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