Esta es la segunda catarsis que escribo y lo hago después de mucho tiempo...
En este ambiente de trabajo se ve de todo, pero sobretodo, se ven chismes. Cuando los chismes no pasan de ser más que eso, (puros rumores entre un grupo determinado de personas), no causan mayor problema. Y con lios menores. Me refiero a malas caras, personas que no te saludan y jodas laborales. Pero son solo ese tipo de obstáculos con los que ya he aprendido a vivir.
Sin embargo, hay una clase de persona a la que todavía no sé manejar. Son sobretodo mujeres. Mujeres que no tendrían porqué envidiarme, mujeres que inclusive, ganan más que yo. Pero que de igual forma se esmeran en hacerme la vida imposible mientras sonrien a medio mundo y se lucen como las más angelicales criaturas.
Ella es así. Ella es una señorita que aparentemente cree que yo le quiero quitar su puesto y que, para hacer todo lo que hace, me considera una real amenaza. Sólo debo decir que no lo soy, que no me interesa serrucharle el piso, que mucho menos quiero dejarla mal. Eso lo hace ella sola con sus comentarios y con su poco nivel de léxico y gramatica.
La cuestión no es ella, la cuestión no soy yo. La falta es que ella se la pasa diciéndole a medio mundo que yo le ocasiono problemas y que no la llevo porque quiero su puesto. Eso se llama manipulación. Eso significa que ella quiere que la gente tome parte y que se ponga de SU parte. Cuando considero que los problemas en la oficina se arreglan de a dos. Uno no anda contándole a medio mundo que discutió con tal o con cual. Uno ignora a quien le causa daño y cumple con su trabajo.
Pero ella. Ella... ella les sonríe a todos, se pone a llorar y dice que yo le tengo antipatía. Y sí, le tengo antipatía pero porque ella se lo buscó. Porque se dejó llevar por chismes y de pronto dejó de dirigirme la palabra. ¡Y ahora ella se queja de que no la saludo!
Ella anda murmurando por las esquinas que yo la trato mal. ¡Ella! ¡Ella que me exigió que le dejara algo frente a otro conductor! ¡Ella que me gritó como ningún jefe lo ha hecho antes!
No sé si la justicia exista. Si es que existe, la gente se debería ir dando cuenta que quien es leal a sus principios no anda ensuciando a la competencia porque teme ser reemplazado. Lo que pasa es que la mayoría no es leal a sus principios. La mayoría no sabe lo que vale, no cree en sus capacidades y se asusta ante la primera persona que considera su competencia. La pisotea y así acaba mucho más rápido, con mucha más facilidad, con mucha más mierda.
1 comentario:
HOLA JOVEN PERIODISTA....SÓLO SE TU MISMA...TIENES MUCHO TALENTO Y ESO ES LO QUE TE ENVIDIAN....Y SIEMPRE SONRIE QUE ESO LES JODE!
SALUDOS!
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