Todos los peruanos conocemos la historia de este buque de guerra comandado por Grau y sabemos que desde el combate de Angamos, la armada chilena lo tomó como trofeo de guerra y actualmente lo tiene dentro de su territorio. Sin embargo, pocos saben exactamente donde está y la forma en que narra la historia de un conflicto lleno de misterios y tergiversaciones.
A aproximadamente cinco horas de Santiago, en Concepción y en la comuna de Talcahuano flota solitario el monitor Huáscar, cuyo costo de ingreso es 1300 pesos por persona, casi unos 6 soles. Cualquiera pensaría que es un buque de inmensas proporciones, con grandes cañones y torres espeluznantes. No. El milenario barco, objeto de diversas especulaciones, es de pequeñas proporciones en comparación a las máquinas de nuestra época aunque es uno de los barcos más antiguos del mundo.
Miguel Grau caminó por aquellos pasillos e inclusive, la marina chilena ha colocado una placa en su honor en el lugar donde se presume que murió. Lo mismo ocurre con el héroe Arturo Pratt, cuya muerte fue respetada por Grau. El comandante peruano guardó con sumo cuidado los objetos que Prat dejara después de fallecer y se los envió a su esposa acompañados de una hermosa carta que adorna las paredes de los salones del buque. Definitivamente era un duelo de caballeros.
En el salón de reuniones del barco hay tanto una pintura de Grau como una de Pratt, ambos galantemente retratados, como si ellos no conocieran las actuales disputas entre peruanos y chilenos, como si el único vestigio de la guerra fuera el buque que los vio morir.
Lo más impresionante es que a pesar de que el Huáscar perteneció muchos años después de la guerra a la armada chilena e inclusive fue usado en contra nuestra, el camarote del capitán está enteramente dedicado al caballero de los mares. Es que quizá no ha habido nunca un hombre que sepa comandarlo mejor que Grau. Por algo pudo vencer al Esmeralda, pensarán los chilenos.
Pasando el comedor hay una sala en la que reposa la bandera peruana de aquella época, al lado por supuesto de la chilena. Así también en una urna de cristal por la que no pasan los años se observan dos gorras de la época: una es de la marina peruana y la otra de la chilena. Aquí los rezagos de la guerra son objetos antiguos cuya intención no es desprestigiarnos.
“A Miguel Grau: Valentía en la lucha, caballerosidad en tu vida fueron los atributos excelsos de tu existencia ejemplar oh ilustre marino de la tierra hermana,” reza una placa. “Contraalmirante Miguel Grau. Noble y caballeroso adversario del capitán Prat en el combate naval de Iquique. Hábil Comandante del monitor Huáscar durante la guerra del pacífico. La armada de Chile le rinde este homenaje al héroe máximo de la armada del Perú,” señala aquella que se encuentra sobre su retrato.
En el Huáscar no se juegan clásicos de fútbol ni se discute la procedencia del pisco, simplemente se recuerda una época de la historia de dos naciones y se colocan placas en honor a los fallecidos de ambos bandos, a los inmortales que de noche recorren este hito de la guerra, este símbolo de patria, ya sea peruana o chilena.
2 comentarios:
Recién leo tu post mongita. No sé que sensaciones habrás sentido en el Huáscar supongo que extrañas pero en fin...Espero que estés bien y que regreses pronto. Te iré a recoger, ahora si tomaremos tekila.
Un abrazo, Shebas
Holaa, io no tngo nada contra chile, pero igual, antes de hacerle tanto homenaje póstumo, ¿xq WTF no lo devuelven y punto?. Es cierto que en la seccion de libros peruanos (robados de nuestra bibliotk)de la biblioteca nacional de chile no pueden entran peruanos??
Saludosss
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