¡Qué gratificante es volver a encontrar un minuto para escribir! Esos respiros, esos silencios en soledad que nos dejan pensando, que nos ayudan a mirarnos por dentro, encontrarnos otra vez con nosotros mismos.
Leía ayer el excelente blog de una profesora y amiga. En uno de sus posts ella explicaba cuan importante es mirarse por dentro, saber reconocer qué nos hace felices y qué cosas flaquean nuestro ser.
Si bien tengo muchas experiencias específicas que contar, creo que lo más importante que puedo decirle a mis escasos lectores es que sigan sus sueños, que no dejen regados por el camino sus planes, que tomen la iniciativa y después de respirar por un instante se decidan a sonreir de una vez por todas.
La felicidad no es una constante, son momentos que nos ayudan a seguir caminando, que nos dejan ese saborcito a satisfacción. La felicidad se encuentra en un café con un amigo olvidado, en una tarde fria en el trabajo, en una broma con un hermano, en una mirada de quien más amamos.