17 jul 2009

Cuarta Despedida: Te amo, también a la distancia

Las despedidas terminaron. Estoy en un avión, disfrutando de una copa de vino blanco, el tinto no me gusta. Sin embargo, sería incompleto comenzar a narrar todo lo que empezará a pasar a partir de ahora sin comentarles lo difícil que resulta despedirse de las personas que uno quiere.
Todos aquellos que tengan familia fuera del país o que hayan migrado a algún lugar lejos de sus conocidos, pueden corroborar lo que digo: siempre hay alguien a quien extrañar, siempre hay alguien a quien abrazar con fuerza antes de partir.

Mi sorpresa en esta ocasión fue que había más personas a quienes abrazar en el aeropuerto y se siente muy bien el saber que tus amigas te van a extrañar. Pero quien se ha llevado todas mis lágrimas es un hombre que desde hace poco menos de un año está a mi lado para hacerme feliz.
Ha sido muy fácil acostumbrarme a él y a pesar de lo que piensa, mis pensamientos lo tendrán siempre como prioridad. El choque emocional ha sido hace unas horas en el aeropuerto pero sé que todo se volverá un poco más difícil cuando me dé cuenta que pasan los días y que no lo veré dentro de mucho tiempo.

Si bien dicen que los que se quedan son quienes más extrañan, los que nos vamos, pensamos que hay muchas cosas que podríamos estar disfrutando al lado del ser amado. Nuevos paisajes, nuevos amigos, y hasta las anécdotas vergonzosas. Pero el amor es así. Lo llevas en el corazón pero no siempre lo puedes llevar de la mano.

Para ser honesta, muchos me han preguntado qué vamos a hacer ahora que él y yo estamos alejados por varios kilómetros de distancia. Creo que eso se va arreglando en el momento, pero lo importante es tener las ganas que de que resulte y las ganas de seguir conversando, de seguir estando juntos a pesar de todo.

Por mi parte, mis extensos correos ya no serán solo para mi madre, sino también para él, quien, aunque no entra mucho a internet, se verá obligado a leer cantidades de palabras impregnadas de mis pensamientos, vivencias y experiencias en este país que me espera.

A pesar de todo no me voy con tanta pena, porque sé que la pena vendrá con los días, con las ganas contenidas de verlo y de abrazarlo, de escuchar su risa y sus comentarios, de sentir el calor de sus manos. Pero así son los viajes, y las becas, tienen su lado bueno y su lado negativo. A darle buena cara a todo, ¿verdad?

P.D. Este post está lleno de pensamientos desordenados porque estamos en turbulencia. Pero todo se reduce a una sola frase: Lo voy a extrañar como no tienen idea. Chinito: Gracias por querer aguantar, diciembre llegará volando!

2 comentarios:

hpereyraf dijo...

Estefy! donde fue el viaje ... dios tiempo sin verte y me entero x aka ... chess q te vaya super ... q va! te va a ir super!

Anónimo dijo...
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